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Un encuentro que nos lleva al arrepentimiento

Mensaje Cristiano

Mensaje Cristiano Predica de Hoy: Un encuentro que nos lleva al arrepentimiento

Mensajes Cristianos para Predicar Texto Bíblico: 1 Juan 1:9

Introducción

En mi primer encuentro con Jesucristo, dije con estas palabras que salían de mi corazón: “Jesús, no te conozco, solo se de ti lo que me han contado, no sé si eres real o si en verdad resucitaste, pero si en verdad eres ese Dios Todopoderoso, si resucitaste y si en verdad eres real como lo dice la biblia, quiero que me transformes ahora, demuéstrame quien eres realmente”.

Me quede en silencio esperando que algo pasara, no sé cuánto tiempo, ¡pero sucedió!, sentí dentro de mí un calor sobrenatural, comencé a sudar, no podía abrir mis ojos, veía una luz intensa y podía sentir como me quemaba, no podía moverme, recuerdo muy bien como una paz y tranquilidad que sobrepasaba mi entendimiento me hacía sentir confiado; sin poder resistirme comencé a llorar, sabía que eso era la presencia de Jesucristo, estaba frente a mí, había escuchado mi oración y estaba respondiendo a mi petición.

Yo solía pensar que no era tan malo, que no había hecho las cosas tan aberrantes como las que escuchaba o veía en los demás, trataba siempre de justificarme con estos pensamientos, no me daba cuenta que estos mismos pensamientos me llevaban a pecar pues en la biblia dice que nadie puede justificarse ante Dios.

Me sentí en ese momento el hombre más despreciable, pecador y ruin del mundo, todos y cada uno de mis pecados y acciones llegaban a mi mente como una película de terror, y me avergonzaba que la presencia de Jesús estuviera frente a mí.

Le dije “apártate de mí, no merezco que estés a mi lado, no puedo ser digno de que Tú me veas Señor, tu sabes bien quién soy, que he sido, las cosas que he hecho” sin darme cuenta comencé a pedir perdón por cada uno de ellas, en ese instante escuche la voz de alguien decir, “…si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad…” (1 Juan 1:9).

Nuestra propia experiencia con Jesucristo

Al terminar de confesar y arrepentirme de todos mis pecados y todas mis acciones, pude sentir como una mano acariciaba mi cabeza, sentía escurrir desde mi cabeza hasta cubrirme totalmente un líquido que refrescaba todo mi ser, sentía que algo se había roto y por primera vez en muchos pero muchos años podía sentirme ligero y tranquilo, me sentía un hombre nuevo y desde aquel día Dios ha estado a mi lado.

Cada uno de nosotros tenemos y debemos vivir nuestra propia experiencia con Jesucristo, esto no sucederá si no reconocemos nuestros errores, renunciando a ellos, confesándolos y pidiendo perdón, Dios no podrá extender su misericordia ni limpiarnos de todo pecado y maldad, pues escrito está en Jeremías 29:13 “…Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme…”

Ahora sé que debemos avanzar y no detenernos, no hacer pausas en nuestra búsqueda, comunión y capacitación con Jesucristo, la biblia es nuestro manual y en ella encontré en el libro de Hebreos 6:1-2 (NTV)

“…Así que dejemos de repasar una y otra vez las enseñanzas elementales acerca de Cristo. Por el contrario, sigamos adelante hasta llegar a ser maduros en nuestro entendimiento. No puede ser que tengamos que comenzar de nuevo con los importantes cimientos acerca del arrepentimiento de las malas acciones y de tener fe en Dios. 2 Ustedes tampoco necesitan más enseñanza acerca de los bautismos, la imposición de manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno…”

Cuando Dios decidió crearnos en su mente estaba la perfección

Él quería un ser en el que se pudiera reproducir Su carácter y Su voluntad, es por ello que se esmeró hasta el más mínimo detalle, en Job 10:10-12 dice:

“…Tú guiaste mi concepción y me formaste en el vientre. 11 Me vestiste con piel y carne y tejiste mis huesos junto con mis tendones. 12 Me diste vida y me mostraste tu amor inagotable, y con tu cuidado preservaste mi vida…”

Dios reprodujo en nosotros su imagen, su propia gloria, y por ello el apóstol Pablo en Efesios 2:10 lo expresa: “…Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás…”

Nos diseñó siendo justos, amorosos, felices y disfrutar de una comunión íntima y permanente con Él, aun cuando Dios hizo al hombre para que lo adorara, no quiere que lo hagamos por obligación por eso nos dio voluntad incondicional, completamente independiente.

El primer hombre era perfecto, libre, con una voluntad decisiva

Pero fue engañado y seducido al pecado, y se rebeló contra Dios, así fue como todo lo que había recibido como herencia lo entrego al enemigo y por ello fue esclavizado por el enemigo de Dios.

Dios entregó al hombre y a la mujer opciones reales para que su libre albedrío pudiera operar, Génesis 2:16-17 “…pero el Señor Dios le advirtió: «Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto, 17 excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás…”

Dios decidió crear al hombre, no como un esclavo. Él quería que tuviéramos la capacidad de tomar decisiones propias, y la mejor forma de probar nuestro corazón es a través de nuestra respuesta frente a sus instrucciones, por eso Dios estableció que ese árbol en el huerto del Edén; no podía ser nuestro, el árbol de la vida es para nosotros de bendición y el árbol del conocimiento acarrea maldición.

Dios nos advirtió o nos avisó de manera tajante

Si comes de su fruto, sin duda morirás, pero aun a pesar de este aviso, terminamos escogiendo el fruto indebido, somos incrédulos y desobedientes, abriendo de esta forma un abismo entre Dios y nosotros, afectando no solo a nosotros sino también a nuestros descendientes.

Génesis 3:1-3 “…La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el Señor Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer: — ¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto? 2 —Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto —contestó la mujer—. 3 Es solo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se nos permite comer. Dios dijo: “No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán…”

El chanclas eligió a este animal porque era el más astuto de todos, poseía gracia al caminar erguido y su piel de colores y textura que llamaban la atención, así logro llamar la atención de la mujer, para poder hablar con ella, usó palabras sutiles, envolventes poniendo así en duda la veracidad de lo que Dios les había mandado, ¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto? Como dando a entender: “¿Qué es lo que Dios pretende, no ha dicho que son iguales a Él? así el chanclas comenzó a hacer que la mujer desconfiara de Dios y dejara de admirarlo, de amarlo y de respetarlo.

Tres palabras uso el chanclas para engañarlos:

“No Moriréis”. Creyeron lo que dijo el chanclas y se sintieron decepcionados de Dios, se dejaron impactar por lo que ahora les estaba enseñando y desecharon las enseñanzas de Dios. “Dios te dijo que morirías pero yo te digo que no pasa nada, vamos no morirás”.

“Serán abiertos vuestros ojos”. Ellos tenían una mente era pura, inocente como la de un niño, pero al conocer el pecado sus ojos ciertamente se abrieron, pero para ver el lado B, porque hasta ese momento ellos solo conocían el lado A, es decir las bendiciones, y a partir de ese momento verían y vivirían en las maldiciones.

“Seréis como Dios”. El chanclas logro despertar en ellos la sed de grandeza y poder, eso es lo que nos nubla el entendimiento y nos hace distantes de Dios. “…Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió”.

Pero entendamos que el chanclas, en un principio era un querubín protector ocupaba un lugar de autoridad en el Reino de Dios; así que en este Reino aprendió todo lo que sabe, lo que ahora usa para el mal, el chanclas uso la proyección, los llevo a visualizar, que es un principio del reino espiritual el principio de la fe, en Hebreos 11:1 (NTV) “…La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver…”

Conclusión

Uso esto como estrategia para dominar y controlar al hombre, la visualización incorrecta llevo a Eva a meterse al territorio enemigo, comenzó a ver las cosas como el chanclas quería que las viera tal como él se las describía, y eso la llevo a codiciar y a tomar el fruto y lo que es mas a compartirlo con su esposo.

Como consecuencia, sus ojos fueron abiertos y conocieron que estaban desnudos, intentaron tapar su desnudez con hojas de higuera, se escondieron de Dios y de su voz. Sus ojos fueron abiertos a su nueva realidad y podían ahora ver lo que vendría sobre ellos, la miseria que les aguardando, fueron conscientes de su desnudez sintieron vergüenza, y se cubrieron como una alegoría de su esfuerzo por cubrir sus debilidad a través de las buenas obras, huyeron de la voz de Dios, como una reacción para evitar sentir remordimientos por su mala acción.

© José Luis Rábago G. Todos lo derechos reservados.

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