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Los Cuadros de Jesús – Parte VIII

Estudios Bíblicos

Predica de Hoy: Los Cuadros de Jesús – Parte VIII

LOS CUADROS DE JESÚS – CAPÍTULO 14

TEXTO BIBLICO:  Juan 14:1-11

YO SOY EL CAMINO

En su famoso libro titulado “Cristianismo y Nada Más” [Mere Christianity], el profesor C. S. Lewis dice lo siguiente: “El hombre que siendo solamente hombre, diga las cosas que Jesús dijo, no sería un gran maestro de moral; sería un lunático en el nivel de hombre enfermo de vanidad y orgullo, o el mismo diablo del infierno.

Usted tiene que escoger; este era y es el hijo de Dios, o fue un loco o algo peor. Usted lo puede tomar por un demonio o puede caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios, pero nunca venga apoyando la idea absurda de que El fue solamente un gran maestro de moral. Él no nos ha dejado esa opción.

Ese no ha sido Su propósito”. Y, en efecto, Jesús no fue solo un maestro que vino a enseñar cosas buenas acerca de Dios. O lo aceptamos como el “Emmanuel” entre nosotros, o lo ubicamos como un impostor con delirios de grandeza, pero no hay términos medios para poner a Cristo. El texto de Juan 14 nos presenta uno de los más hermosos cuadros respecto a quién realmente es Jesús.

Versículos 1-3.

En el anterior capítulo Jesús les habló claramente a sus discípulos de su muerte. Después que les lavó sus pies, una de las declaraciones que de haber quedado martillando sus mentes fue la que dijo: “Uno de vosotros me va a entregar”. La idea de una muerte prematura de su consumado maestro y líder no cabía en sus planes.

Frente a esto, y como era de esperarse de un ser humano, la noticia les llenó de tristeza, y entre ellos se generó un estado colectivo de hondo pesar. Sus corazones comenzaron a turbarse, de allí las primeras palabras de ánimo: “No se turbe vuestro corazón”. Él les pide frente a la separación física: serenidad y credulidad. Creer en Dios, pero también en él.

“En la casa de mi Padre muchas moradas hay”. Este texto, además de llenar sus corazones de una promesa inigualable, de dar la más absoluta esperanza, y de proveer un lugar seguro para cuando llegue el tiempo de la “jubilación terrenal”, ofrece la necesidad de conocer mejor la forma cómo llegar allí, lo que llamamos “el camino al cielo”. La palabra “mansión”, contraria a la idea terrenal, es un lugar de morada permanente.

El pueblo de Israel vivió durante 40 años moviéndose en carpas de un lugar para otro. Es lo contrario de los que nos dice Hebreos 13:14. Note que tales mansiones están en la “casa de mi Padre”.

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