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La Única Palabra Inspirada por Dios

Predicas Cristianas | Estudios Biblicos

2 Timoteo 3:14-17

INTRODUCCIÓN:

¿Por qué decimos que la Biblia es un libro único sobre todos los demás? La palabra “único” nos viene del número “uno”; que es singular, y sin compañía. Eso significa que es diferente de todos los otros y no tiene igual o semejante. El número uno es indivisible. De esta manera Dios se nos presenta como un ser único, porque no hay otro como él. Por eso se dice: “Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Dt. 6:4). La Biblia como libro es “único”, y es uno, pues mantiene una singularidad sobre todos los demás libros con su contenido.

La Biblia es única en su continuidad. Fue escrita en uno periodo de unos 1.500 años; a lo largo de unas 60 generaciones y por unos 40 autores, de todas las clases sociales, incluyendo reyes, campesinos, filósofos, pescadores, poetas, estadistas, eruditos. Fue escrito en diferentes lugares que incluía: desiertos, cárceles, palacios, viajes, y en una isla como lo hizo Juan con su Apocalipsis. Fue escrita bajo distintos estados de ánimo, que incluyó el gozo de un David, o la tristeza de un Jeremías. Fue escrita en tres idiomas: hebreo, arameo y griego. Además fue escrita en tres continentes: Asia, África y Europa.

La Biblia es única porque contiene prosa, poesía, narrativa histórica, romance, derecho, biografía, parábolas, alegorías y profecías. Ningún otro libro llega a tener tanta variedad como parte de sus escritos como lo tiene la Biblia. La Biblia se dirige a cientos de temas difíciles, sin una sola contradicción. Y aunque es cierto que es un libro de una gran diversidad, sin embargo, a pesar de esto, se desarrolla una sola historia continuada, y lo hace sin contradecirse.

El tema central de la Biblia es la salvación del hombre. De de allí que la Biblia tenga a Dios como su autor principal. Él es único, pero se nos ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo. En su tema sobre la salvación, nos presenta al salvador y Señor Jesucristo. Como alguien lo dijo: “Hay una vena que recorre toda la Biblia con la sangre de Cristo”. ¿Por qué decimos que la Biblia es inspirada por Dios, haciéndola única y perfecta para ser obedecida?

I. CONOZCAMOS EL PROCESO QUE DIOS USÓ PARA INSPIRAR A SU PROPIA PALABRA QUE LA HACE ÚNICA

1. La forma como se dio su revelación.

Antes que el hombre pusiera en escrito la palabra de Dios, ésta tenía que ser revelada. Así que este es el proceso mediante el cual los “santos hombres de Dios” escucharon del mismo Señor lo que él mismo quiso que fuera escrito. Para esto, Dios se valió de distintos medios de modo de dar a conocer su especial revelación. De esta manera podemos saber que Dios habló por medio de sus ángeles (Gn. 18; Lc. 1-2). Habló por medio de su voz audible (Gn. 3:9-19). Lo hizo hablando con voz suave y apacible (1 Re. 19:11-12).

Dios nos habló por medio de su naturaleza (Sal. 19), y también lo hizo a través de animales (Nn. 28:28). Pero también lo hizo a través de sueños (Gn. 28:12), de visiones (Is. 6:1-6). Y en lo que podamos llamar la “revelación previa”, lo hizo a través de la llamada “Cristofanía”, lo que también se conoce como la “teofanía”. Desconocemos los detalles cómo Dios se les reveló a esos hombres antiguos, pero contamos con la seguridad que la “profecía no fue traída por voluntad humana”. Los hombres de Dios hablaron bajo la inspiración divina (2 Pe. 1:21). La Biblia que es la base de nuestra autoridad tiene el soplo divino para ser usada con poder donde se predique.

2. La forma cómo se dio su inspiración.

¿Qué significa esto? Bueno, este es el proceso mediante el cual el hombre plasmó en un papiro o pergamino lo que Dios le habló. Así como al principio de la creación del hombre Dios sopló “aliento de vida”, y fue el hombre un “alma viviente”, así también Dios “sopló” en la mente del hombre las palabras que luego serían escritas. El texto que estamos considerando nos afirma la inspiración por si misma de la Biblia (v. 17). El apóstol Pablo confirma la inspiración de la Biblia al decir que la muerte y la resurrección de Cristo fue “conforme a las Escrituras” (1 Cor. 15: 3, 4).

Cuando escribe a los hermanos de Tesalónicas les recuerda que ellos recibieron, no la palabra de los hombres, sino “la palara de Dios” (1 Tes. 2:13). Y Pedro, quien también creía que los escritos de Pablo eran inspirados (2 Pe. 3:15, 16), nos reafirma su creencia en la inspiración de la palabra de Dios (2 Pe. 3:2). No sabemos cómo lo hizo Dios, pero él tuvo que supervisar todo ese proceso hasta que el hombre lograra escribir lo que ya él había determinado. Aunque algunos cuestionan la inspiración total de la Biblia, otros creemos que “toda la Escritura es inspirada por Dios”. Es el único Libro que vino del cielo.

3. La forma cómo se da la iluminación.

Es el proceso mediante el cual la palabra inspirada por Dios llega a cada corazón. Este es el trabajo que pasa del hombre, con su propio estilo, a la obra del Espíritu Santo, quien enciende la luz en cada corazón hasta convencer y convertir a cada persona por medio del sacrificio que hizo Jesucristo en la cruz. Es en efecto, el momento cuanto el Espíritu Santo te convence de pecado, juicio y verdad. Es el momento cuanto la obra divina, utilizando la palabra, trae convicción y arrepentimiento al hombre pecador.

La iluminación de la palabra nos recuerda el momento cuando Esdras leyó el libro de la ley durante el regreso del cautiverio, y el pueblo se compungió de corazón al oír la palabra de Dios (Neh. 8:1-12). Con esto afirmamos que cuando la palabra de Dios es expuesta, y ella cae en buena tierra, dará su fruto “a ciento por uno”. De todo esto se desprende que cada persona que ha oído la voz de Dios a través de la palabra expuesta, su corazón queda iluminado, compungido y el paso final será una entrega total al Señor. La palabra “viva y eficaz” hace la obra completa.

II. CONOZCAMOS LAS PRUEBAS DE LA INSPIRACIÓN QUE HACEN ÚNICA A LAS SAGRADAS ESCRITURAS

1. Hay una prueba arqueológica.

En su libro: “Y la Biblia tenía Razón”, Werner Keller, científico alemán convertido al Señor, se dio a la tarea de comprobar que las referencias a lugares, personajes y eventos que se registran en la Biblia, se pueden comprobar a través de esta ciencia. Estos descubrimientos arqueológicos han arrojado mucha luz para entender aún mejor la palabra de Dios y saber que los que creemos en ella no somos ignorantes e iletrados que lo único que hacemos es poner nuestra la fe en “un libro negro” al que se ha dado por llamar la Biblia. Así que lo más grande de la Biblia es que los hombres que se han convertido por ella, que antes negaban su poder y eficacia, ahora ellos se han dado a la tarea de comprobar que “la Biblia tenía razón”, y que todo lo descubierto desde el fondo de la tierra, después de muchos años, han revelado, por ejemplo, que el lugar donde nació Abraham es real. Que los tiempos cuando vivió José son auténticos. Que el sello de Baruc, el escriba de Jeremías encontrado, es el mismo… Y así, gracias a la arqueología, la Biblia es un libro de confianza que puede probarse.

2. Hay una prueba científica (Job 26:7).

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