El reino de los cielos sufre violencia

Predicas Cristianas

Prédica de Hoy: ¿Qué significa “El reino de los cielos sufre violencia”?

Lectura Bíblica: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir.” Mateo 11:12-14

Introducción

Hermanos, el pasaje de Mateo contiene palabras que, a primera vista, pueden parecer confusas: “El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.” ¿Qué quiso decir El Señor con esta declaración? ¿Por qué usa términos como “violencia” y “los violentos” para describir algo tan santo como el reino de Dios?

En nuestra vida cotidiana, el término violencia suele estar asociado con conflictos, agresiones o actos de fuerza. Sin embargo, el Señor no hablaba aquí de una violencia física, sino de una lucha espiritual intensa. Estas palabras nos invitan a reflexionar sobre la pasión, el compromiso y la urgencia con la que debemos buscar el reino de los cielos.

Como acostumbro a decir, para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros en el día de hoy, nos será necesario hacer un breve repaso de historia. Viajemos al tiempo del Señor y al contexto de este pasaje para comprender mejor lo que significa que el reino de los cielos sufre violencia.

I. El contexto histórico de las palabras de Jesús

Cuando Jesús dijo que “el reino de los cielos sufre violencia,” estaba hablando de un momento crucial en la historia de la salvación. Desde Juan el Bautista, el reino de Dios comenzó a manifestarse de manera poderosa, pero no sin oposición. Las palabras de Jesús nos invitan a entender este contexto histórico para que podamos aplicar sus principios a nuestra vida hoy.

a. El ministerio de Juan el Bautista: un punto de inflexión

Juan el Bautista fue el precursor de Jesús, enviado para preparar el camino del Señor. En Mateo 3:2, su mensaje central era: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” Esto marcó un cambio significativo, ya que Juan no solo predicaba el arrepentimiento, sino que señalaba directamente a Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Sin embargo, el mensaje de Juan no fue recibido sin resistencia. Los líderes religiosos lo despreciaban y los gobernantes lo consideraban una amenaza. Finalmente, Juan fue encarcelado y ejecutado, lo que demuestra la violencia y oposición que el reino de Dios enfrentaba en su avance.

El pastor y autor español José María Martínez escribió: “El evangelio siempre avanza con lucha, porque la verdad incomoda a quienes aman la oscuridad.” Este principio nos recuerda que la proclamación del reino de Dios siempre enfrentará resistencia. (Fuente: Fundamentos de la fe cristiana, Editorial Clie).

Hoy, esta misma verdad se aplica. Cuando buscamos a Dios con todo nuestro corazón, enfrentamos oposición, ya sea interna (dudas, temores) o externa (críticas, rechazo). ¿Estamos preparados para perseverar en medio de esta resistencia?

b. La resistencia de los líderes religiosos

En los días de Jesús, los fariseos y los escribas se oponían al mensaje del reino porque desafiaba su sistema de poder y tradiciones. Jesús los confrontó en numerosas ocasiones, mostrándoles que el reino de los cielos no se basaba en rituales externos, sino en una transformación interna. Esto es algo que queda claro en Mateo 23:13, donde el Señor dijo: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres.“

Esta oposición no era nueva. Desde los días de los profetas, el mensaje de Dios había enfrentado rechazo y persecución. El Señor señaló que Juan el Bautista era el cumplimiento de la profecía de Malaquías 4:5-6, donde se anunciaba la venida de Elías para preparar el camino.

Hermanos, esto nos recuerda que buscar el reino de Dios no es fácil. Siempre enfrentaremos resistencia, especialmente cuando el mensaje desafía las normas establecidas. ¿Estamos dispuestos a mantenernos firmes en nuestra fe, incluso cuando enfrentamos oposición?

c. El avance del reino en medio de la oposición

Cuando el Señor dijo que “el reino de los cielos sufre violencia,” estaba describiendo la intensa batalla espiritual que ocurre cuando el reino de Dios avanza. La palabra griega para “violencia” usada aquí es biazo, que implica un esfuerzo vigoroso o una lucha apasionada. Esto no se refiere a la violencia física, sino a la intensidad espiritual con la que debemos buscar a Dios.

El teólogo inglés John Stott escribió: “The kingdom of God is not for the well-meaning but for the desperate.” (The Message of the Sermon on the Mount, John Stott, InterVarsity Press, 1978).

Traducción: “El reino de Dios no es para los bien intencionados, sino para los desesperados.” Esta desesperación no es una desesperación sin esperanza, sino un fervor que nos lleva a poner todo nuestro ser en la búsqueda de Dios.

Hermanos, ¿estamos buscando el reino de Dios con esta misma pasión y urgencia? Reflexionemos sobre esto mientras consideramos cómo podemos aplicar estas verdades a nuestra vida diaria.

II. La lucha espiritual por el reino de los cielos

El Señor no solo describió el avance del reino como algo que enfrenta violencia, sino que también reveló que esta batalla tiene una naturaleza espiritual. No se trata de una lucha física, sino de un enfrentamiento constante contra las fuerzas del mal que buscan detener el progreso del reino. Entender esta lucha es crucial para perseverar en nuestra fe y cumplir nuestro propósito en el plan de Dios.

a. Reconocer la oposición espiritual

El apóstol Pablo nos enseña en Efesios 6:12 que “no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Esta declaración nos recuerda que detrás de cada obstáculo, tentación o dificultad, hay una oposición espiritual que intenta alejarnos de Dios.

El enemigo no quiere que avancemos en nuestra relación con Dios ni que otros conozcan Su verdad. Por eso usa distracciones, tentaciones y conflictos para desviarnos del camino. Esto no es algo nuevo; incluso Jesús enfrentó oposición directa de Satanás durante su ministerio (Mateo 4:1-11).

El pastor y autor estadounidense A.W. Tozer escribió: “To be right with God has often meant to be in trouble with men.” (Man: The Dwelling Place of God, A.W. Tozer, Christian Publications, 1966)

Traducción: “Estar bien con Dios a menudo ha significado estar en problemas con los hombres.” Esta oposición no debe desanimarnos, sino motivarnos a depender más de Dios.

Hermanos, ¿reconocemos estas batallas espirituales en nuestras vidas? ¿Estamos equipados con la armadura de Dios para resistir y avanzar?

b. Perseverar con fe y determinación

El Señor nos llama a buscar el reino de Dios con toda nuestra fuerza. En Mateo 6:33 Él nos dice: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Este llamado requiere una fe activa y perseverante, porque enfrentaremos obstáculos en el camino.

Un ejemplo bíblico de esta perseverancia lo vemos en Jacob, quien luchó con un ángel hasta recibir su bendición (Génesis 32:24-28). Este acto de insistencia es un modelo para nosotros. La violencia espiritual que describe el Señor en el vers. 12 no se trata de agresión física, sino de una determinación inquebrantable para aferrarnos a las promesas de Dios.

Pensemos en nuestras propias vidas: ¿hay áreas donde hemos abandonado la lucha porque parecía demasiado difícil? ¿Estamos dispuestos a retomar nuestra fe con valentía y confianza en que Dios está con nosotros?

c. Actuar con valentía y confianza

El reino de los cielos no es para los pasivos. El Señor nos llama a ser valientes, a vivir conforme a Su Palabra y a avanzar con confianza en Su plan, incluso cuando enfrentamos oposición. En 2 Timoteo 1:7, Pablo nos recuerda: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.“

Tomar acción significa no solo resistir la tentación, sino también compartir el evangelio y vivir como testigos fieles de Cristo. Cuando vivimos con valentía, reflejamos la confianza que tenemos en Dios y demostramos que Su reino es nuestra prioridad.

Un ejemplo inspirador es el de los primeros cristianos, quienes, a pesar de enfrentar persecución, continuaron proclamando el evangelio con valentía. En Hechos 4:29-31, ellos oraron: “Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra.” Su valentía no venía de ellos mismos, sino del poder del Espíritu Santo.

Hermanos, ¿estamos actuando con esta misma valentía en nuestras vidas? ¿O estamos permitiendo que el temor nos detenga? Jesús nos llama a avanzar con fe y confianza, sabiendo que Él ya ha vencido al mundo (Juan 16:33).

Esto nos lleva al siguiente punto: cómo vivir en la práctica esta búsqueda intensa del reino de los cielos.

III. Vivir en la búsqueda intensa del reino de los cielos

Buscar el reino de los cielos con pasión y perseverancia no es algo que hacemos de manera pasiva; requiere acción, entrega y un enfoque diario. El Señor nos llama a vivir esta búsqueda con todo nuestro corazón, mente y fuerzas. En esta sección, exploraremos cómo aplicar esta búsqueda en nuestra vida diaria, enfrentando los desafíos con fe y determinación.

a. Buscar el reino con prioridad total

El Señor nos dice en Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Este versículo nos recuerda que buscar el reino de Dios no es una tarea secundaria; debe ser nuestra prioridad principal. Pero, ¿qué significa buscar el reino? Significa alinear nuestras vidas con los valores y principios de Dios, permitiendo que Su voluntad guíe nuestras decisiones y acciones.

Sin embargo, en nuestro mundo lleno de distracciones, es fácil permitir que las preocupaciones diarias desplacen esta búsqueda. Trabajo, problemas familiares, e incluso metas personales legítimas pueden tomar el lugar que solo Dios debe ocupar. Es por eso que debemos hacer un esfuerzo intencional para dedicar tiempo a la oración, la meditación en Su Palabra y la obediencia a Su voz.

El teólogo español Samuel Escobar escribió: “El evangelio no solo transforma al individuo, sino que da un nuevo propósito que pone a Dios en el centro de todas las cosas.” (La fe evangélica y las realidades sociales, Samuel Escobar, 1996). Este llamado a poner a Dios en el centro es fundamental para vivir en Su reino.

Hermanos, ¿estamos realmente priorizando el reino de Dios en nuestras vidas, o estamos dejando que otras cosas nos distraigan de lo eterno?

b. Perseverar en medio de los desafíos

Jesús nos advirtió que seguirlo no sería fácil. En Juan 16:33 Él dijo: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Este llamado a perseverar nos recuerda que la fe no significa ausencia de dificultades, sino confianza en que Dios está con nosotros en medio de ellas.

Pensemos en los ejemplos de los primeros discípulos. Ellos enfrentaron persecución, rechazo e incluso la muerte, pero perseveraron porque entendían que el reino de los cielos valía más que cualquier sacrificio. En Hebreos 12:1-2, se nos anima a correr con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.

La perseverancia no siempre es fácil, pero es posible cuando nos apoyamos en Dios. Hermanos, ¿estamos perseverando en nuestra fe, incluso cuando las circunstancias nos desafían? Recordemos que nuestras pruebas no son permanentes, pero el reino de Dios es eterno.

c. Ser embajadores del reino en el mundo

El Señor nos llama no solo a buscar el reino de los cielos, sino también a representarlo aquí en la tierra. En Mateo 5:14-16 Él nos dice: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.” Vivir como ciudadanos del reino significa reflejar a Cristo en nuestras palabras, acciones y actitudes.

El pastor y autor Charles Spurgeon dijo: “The Christian is the reflection of Christ; the world should see Christ in us.” (Morning and Evening: Daily Readings, Charles Spurgeon, 1866).

Traducción: “El cristiano es el reflejo de Cristo; el mundo debería ver a Cristo en nosotros.”

Este llamado no es solo para predicar con palabras, sino para vivir de manera que nuestras vidas sean un testimonio constante del amor y la gracia de Dios.

Hermanos, ¿estamos reflejando a Cristo en nuestro trato con los demás? ¿Nuestras vidas inspiran a otros a buscar el reino de los cielos? Este es nuestro llamado y nuestra misión.

Para concluir.

Al reflexionar sobre los versículos de hoy, entendemos que el llamado del Señor buscar el reino de los cielos no es un llamado pasivo, sino uno activo y apasionado. Desde los días de Juan el Bautista, el reino ha enfrentado oposición, pero también ha avanzado con poder. Este pasaje nos recuerda que la búsqueda del reino de Dios requiere esfuerzo, fe y determinación.

Dios nos llama a buscar Su reino como nuestra prioridad absoluta, a perseverar en medio de las dificultades y a reflejar a Cristo en nuestras vidas. Este es un camino que no está exento de desafíos, pero es un camino lleno de propósito y recompensa eterna.

Como dice Hebreos 11:6: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.“

Hoy, quiero invitarte a que examines tu vida y reflexiones:

• ¿Estás buscando el reino de Dios con pasión y entrega, o estás permitiendo que las distracciones te alejen de Él?
• ¿Estás perseverando en la fe, incluso cuando enfrentas oposición o dificultades?
• ¿Estás siendo un reflejo del amor y la gracia de Cristo para los demás?

El Señor nos llama a una vida de compromiso total con Su reino. Este es un llamado que no podemos ignorar. Así que nunca olvidemos Sus palabras en Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Hagamos de esta búsqueda la prioridad de nuestras vidas, sabiendo que en Él encontramos paz, propósito y vida eterna.

¡Avancemos con fe y valentía, sabiendo que el reino de los cielos está cerca!

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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