Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Dios No Se Ha Alejado de Nosotros
Predica Cristiana Lectura Bíblica: “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.” Isaías 59:1-2
Tema: Un Llamado a Volver a Su Presencia
Introducción
Hermanos y hermanas, en nuestra sociedad actual, es común escuchar preguntas como: “¿Dónde está Dios?” Vemos sufrimiento, injusticia, y maldad en el mundo, y muchos se preguntan si Dios se ha alejado de nosotros. Pero hoy quiero invitarlos a reflexionar sobre una verdad fundamental: Dios no se ha alejado de nosotros; nosotros nos hemos alejado de Él.
La Biblia nos enseña que Dios es inmutable; es decir, no cambia. Su amor, Su justicia, y Su presencia siempre han estado disponibles para nosotros. Pero, ¿qué sucede cuando sentimos que Dios está distante? La realidad es que, a través de nuestras decisiones, nuestros pecados, y nuestras distracciones, hemos permitido que una brecha se forme entre nosotros y Dios.
¿Cómo hemos permitido que esto suceda?
A lo largo de este sermón, exploraremos esta pregunta y descubriremos cómo podemos volver a acercarnos a Dios, reconociendo que Él siempre ha estado allí, esperándonos con los brazos abiertos.
Dios No Se Ha Alejado: La Inmutabilidad de Dios
En los versículos que estamos explorando hoy leemos una verdad que resuena con fuerza: “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.”
Este pasaje nos revela que la distancia entre Dios y nosotros no se debe a una retirada de Su parte, sino a nuestras iniquidades, nuestras elecciones que nos han llevado lejos de Su presencia. Dios permanece fiel y constante, pero cuando elegimos el pecado y nos alejamos de Su voluntad, creamos una barrera que nos impide experimentar Su cercanía.
¿Qué significa la inmutabilidad de Dios?
El teólogo reformado A.W. Pink describe la inmutabilidad de Dios como un atributo fundamental: “Dios es perpetuamente el mismo: sujeto a ningún cambio en su ser, atributos, o determinaciones” (The Attributes of God, 1930). Este concepto nos asegura que Dios no cambia ni se aleja; es nuestra naturaleza humana la que es susceptible a la fluctuación y al desvío.
Históricamente, la humanidad ha experimentado períodos de gran devoción, seguidos por épocas de decadencia espiritual. En el Antiguo Testamento, vemos cómo el pueblo de Israel repetidamente se alejó de Dios, cayendo en idolatría y desobediencia. Sin embargo, en cada ocasión, Dios estaba dispuesto a recibirlos de nuevo cuando se arrepentían y volvían a Él.
¿Cómo refleja nuestra sociedad actual esta misma tendencia?
Hoy, vivimos en una era de distracciones constantes. La tecnología, el materialismo, y las ideologías seculares a menudo nos alejan de Dios. Hemos permitido que estas cosas llenen el vacío que solo Dios puede llenar, y como resultado, sentimos que Su presencia se ha desvanecido en nuestras vidas.
Nosotros Nos Hemos Alejado: La Decisión Humana y Sus Consecuencias
Es importante reconocer que el alejamiento de Dios es una elección humana. En lugar de buscar Su rostro, a menudo elegimos seguir nuestros propios caminos, confiando en nuestra propia sabiduría en lugar de en Su guía divina. Esta tendencia no es nueva; la vemos a lo largo de la historia bíblica y en la historia de la iglesia.
En Proverbios 14:12 se nos advierte: “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.” Este versículo nos muestra cómo nuestras elecciones pueden parecer correctas a nuestros ojos, pero nos llevan lejos de la vida que Dios desea para nosotros.
El autor y teólogo C.S. Lewis, en su obra Mero Cristianismo (1952), habla sobre la naturaleza humana de alejarse de Dios: “La vida cristiana es más difícil y más fácil que la que intentamos vivir. Lo que Jesús dijo a la gente fue: ‘Dame todo. No quiero tanto tu tiempo, tus habilidades, tu dinero y así sucesivamente: quiero a ti’… Jesús no quiere simplemente hacerte un poco mejor; Él quiere que seas perfecto.”
Lewis nos recuerda que cuando tratamos de seguir a Dios a medias, terminamos alejándonos de Él, porque no estamos dispuestos a rendirnos completamente.
¿Por qué elegimos alejarnos de Dios?
Las razones son variadas. Puede ser el orgullo, el deseo de independencia, el temor de perder el control, o simplemente la atracción de las cosas del mundo. En Lucas 15, el Señor nos cuenta la parábola del hijo pródigo, que decide alejarse de la casa de su padre para perseguir sus propios deseos. Al final, su alejamiento lo lleva a la ruina, y solo encuentra restauración cuando regresa humildemente a su padre.
¿Qué podemos aprender de esta parábola en nuestro contexto actual?
Así como el hijo pródigo, muchos de nosotros hemos perseguido los placeres temporales del mundo, solo para descubrir que nos dejan vacíos y lejos de Dios. Pero al igual que el padre en la parábola, Dios está siempre dispuesto a recibirnos de vuelta, sin importar cuánto nos hayamos alejado.
El Llamado al Arrepentimiento: Volviendo al Camino de Dios
La buena noticia es que, aunque nos hayamos alejado de Dios, Él siempre nos ofrece un camino de regreso. Este camino comienza con el arrepentimiento y la rendición. En 2 Crónicas 7:14 encontramos una promesa poderosa: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”
El arrepentimiento no es simplemente sentir remordimiento por nuestros errores; es un cambio de dirección, un volvernos completamente hacia Dios y abandonar los caminos que nos han alejado de Él. Es reconocer que nuestras vidas solo tienen sentido cuando están alineadas con Su voluntad.
¿Estamos dispuestos a volvernos hacia Dios y arrepentirnos de nuestros caminos?
El teólogo y predicador Charles Spurgeon dijo: “El arrepentimiento es un cambio de mente tan profundo y completo que produce tristeza por el pecado cometido y un verdadero deseo de abandonarlo para siempre” (All of Grace, 1886). Este tipo de arrepentimiento es lo que nos lleva de regreso al corazón de Dios, restaurando la relación que hemos dañado con nuestras elecciones.
La Historia de Israel: Un Ejemplo de Alejamiento y Restauración
Para comprender mejor este concepto, miremos la historia de Israel. A lo largo del Antiguo Testamento, vemos un patrón claro. El pueblo de Israel se aleja de Dios, experimenta las consecuencias de su alejamiento, y luego clama a Dios en su aflicción. Dios, en Su misericordia, siempre responde con perdón y restauración cuando ellos se arrepienten.
Uno de los ejemplos más claros de este patrón es el ciclo de los jueces, donde Israel repetidamente se aleja de Dios para adorar ídolos, sufre la opresión de naciones extranjeras, y luego es liberado cuando claman a Dios y Él envía un juez para rescatarlos. Este ciclo ilustra la fidelidad de Dios a pesar de la infidelidad de Su pueblo.
¿Estamos repitiendo este ciclo en nuestras propias vidas?
Así como Israel se apartaba de Dios en busca de placeres y soluciones temporales, nosotros también podemos caer en la tentación de buscar satisfacción en las cosas del mundo en lugar de en Dios. Pero la historia de Israel también nos enseña que siempre podemos volver a Dios, y que Su misericordia está disponible para nosotros.
Aplicando Esta Verdad Hoy: Un Llamado a la Acción
Hermanos y hermanas, estamos viviendo en tiempos en los que es fácil distraerse y alejarse de Dios. Pero también estamos viviendo en un tiempo en el que la necesidad de Dios es más evidente que nunca. Las crisis globales, las divisiones sociales, y la incertidumbre personal nos muestran que necesitamos más que nunca la guía y la presencia de Dios en nuestras vidas.
¿Cómo podemos aplicar esta verdad a nuestras vidas hoy?
Primero, debemos hacer un examen honesto de nuestras vidas. ¿Hay áreas donde nos hemos alejado de Dios? Tal vez hemos permitido que el trabajo, las preocupaciones, o incluso los logros personales tomen el lugar que solo Dios debe ocupar en nuestros corazones.
Segundo, debemos tomar la decisión de volver a Dios. Esto no es solo un acto simbólico, sino un compromiso diario de buscar Su presencia, orar, leer Su Palabra, y vivir de acuerdo a Sus mandamientos. Dios no se ha alejado de nosotros, pero nosotros debemos dar el paso para acercarnos de nuevo a Él.
Finalmente, debemos recordar que no estamos solos en este viaje. La comunidad cristiana está aquí para apoyarnos, para caminar juntos en la fe y para animarnos a mantenernos firmes en nuestra relación con Dios.
Conclusión
En conclusión, debemos recordar que Dios nunca se ha alejado de nosotros. Su amor, Su gracia, y Su presencia están siempre disponibles, pero es nuestra responsabilidad buscarlo y permanecer cerca de Él.
¿Estamos dispuestos a hacer lo necesario para acercarnos de nuevo a Dios?
Te invito hoy a que reflexionemos sobre nuestras vidas, a que identifiquemos las áreas donde nos hemos alejado, y a que tomemos la decisión de volver a nuestro Padre celestial. Él está esperándonos con los brazos abiertos, listo para restaurar nuestra relación y guiarnos hacia un futuro lleno de esperanza y propósito.
Que Dios nos dé la fuerza y la sabiduría para reconocer nuestras fallas, para arrepentirnos sinceramente, y para volvernos completamente hacia Él, sabiendo que en Su presencia encontramos la plenitud de la vida.
© Marco A. Hernández. Todos los derechos reservados.